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Una de las cosas más desafiantes de comenzar una práctica de meditación es sentarse. Al menos para aquellos de nosotros que no estamos acostumbrados a pasar largos períodos de tiempo con las piernas cruzadas, permanecer quietos puede ser difícil. Incluso si la postura de meditación que eliges se siente cómoda para empezar, es sorprendente lo rápido que puede cambiar. Alfileres y agujas, entumecimiento y dolor son quejas comunes. Junto con los intentos desesperados de tu mente por distraerte de la meditación, también tienes que lidiar con tu cuerpo gritándote que te muevas. Fácilmente puede ser suficiente para dejar de meditar por completo. Entonces, ¿cómo se soluciona esto?
La experimentación y la práctica son claves. Puede probar diferentes posturas para sentarse: un cuarto, un medio loto o un loto completo, una postura fácil o una postura de rodillas. Si sentarse en el suelo es insoportable, puede utilizar una silla, siempre que sus pies lleguen al suelo y se siente erguido.
Ponte cómodo con los accesorios de yoga
Recuerda, los accesorios de yoga son tus amigos. No tenga miedo de usarlos para hacer que su postura sea lo más cómoda posible. La meditación no está destinada a ser un deporte de resistencia. Un consejo útil de la tradición Zen es sentarse sobre tantas mantas y almohadas como sea necesario para tener las caderas más altas que las rodillas. Esto ayuda a que la parte baja de la espalda libere cualquier tensión que pueda tener. También puede colocar mantas debajo de las rodillas, para apoyarlas y mantener seguras sus articulaciones y ligamentos. (Lea más en Posturas sentadas efectivas para la meditación).
Empiece despacio
Una vez que haya experimentado un poco y haya encontrado la combinación de postura y accesorios que le funcione, es hora de comenzar a practicar. No espere poder pasar de cero a 60 minutos en un día. Tu cuerpo tardará un tiempo en acostumbrarse a la quietud y al estar sentado. Dale ese tiempo. Empiece poco a poco, con solo unos minutos, y aumente. Practicar yoga todos los días también ayudará. Después de todo, el propósito original de las asanas de Hatha yoga era preparar su cuerpo para sentarse a meditar. (Obtenga más información en La historia del Hatha Yoga).
Caer en un trance
Con esta acumulación gradual, trate de acostumbrarse a sentarse quieto sin inquietarse. Esto es difícil y hay momentos en los que moverse es inevitable, pero descubrirás que cuando aprovechas esta hermosa quietud, el efecto en tu mente es mágico. Tu mente parece reconocer que este estado es algo diferente y especial, e incluso puede recompensarte con un enfoque y una sensibilidad similares a los de un trance.
El poder de dominar una postura sentada es exactamente este. Tu cuerpo y tu mente entran en una alineación maravillosamente arraigada pero elevada. Encuentra ese equilibrio perfecto entre estabilidad y ligereza, y puede mantenerse allí con absoluta facilidad.
Puede parecer inconcebible al principio, pero una vez que haya trabajado en su postura durante un tiempo, encontrará que puede comenzar a sentarse en ella durante una hora. Entonces sabrá que no solo ha dominado la postura, sino que también ha llevado su práctica de meditación a un nivel completamente nuevo. El solo hecho de estar en un lugar sin moverse durante toda una hora tendrá un efecto poderoso y transformador en su mente. Aprenderá las profundidades de la quietud y la paz que se encuentran dentro de usted, y experimentará su propia habilidad y disciplina para tener espacio para usted. (Lea más en ‘Espacio de espera’: ¿Qué significa?)
Encuentra tu Drishti
Para profundizar tu práctica, puedes trabajar con diferentes puntos de mirada o drishti. Estos pueden ser puntos de mirada externos; por ejemplo, se dice que mirar una vela mejora el enfoque, la concentración y la conciencia. Alternativamente, con los ojos cerrados, puede llevar su mirada interna a su tercer ojo. Esto puede considerarse beneficioso en varios niveles. El uso de un drishti ayuda a entrenar la mente, mientras que el enfoque en un solo punto simboliza la búsqueda de la conciencia por una experiencia de unidad y unidad.
Intenta cantar
Otra capa que puede agregar a su práctica de meditación una vez que domina su postura sentada es el canto. Es posible que desee cantar un mantra elaborado o simplemente repetir un sonido simple, conocido como bija mantra. Elija algo que le resuene y disfrute del contraste entre el dinamismo y la energía de producir sonido y la quietud de su postura. Con una postura sentada verdaderamente fundamentada, te liberas para estar completamente absorto en el canto. (Aprenda nuestros 4 cánticos favoritos).
Confianza y tiempo
Las posturas para sentarse, como tantas cosas que valen la pena en la vida, requieren tiempo para dominarlas. Intenta disfrutar el proceso y confía en que con el tiempo encontrarás una postura y una práctica que funcionen para tu cuerpo. Cuando lo haga, los beneficios para su mente y espíritu serán profundos.
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