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Imagina estar en una habitación con alguien a tu lado que no deja de hablar. Hablan incesantemente, desde el momento en que te despiertas hasta que te duermes. A veces discuten contigo, a veces se obsesionan y, a veces, te recuerdan todas las cosas que has hecho, debiste haber hecho y aún tienes que hacer. A veces tienen sentido, pero a menudo se contradicen y parecen hablar solo por hablar. Para empeorar las cosas, parece que te conocen tan bien que conocen todos los botones que deben presionar para irritarte, molestarte y molestarte.
Ahora imagina que esa persona no está solo a tu lado. Están dentro de tu cabeza. Y no dejarán de hablar.
¿Suena familiar? No estás solo. Tu mente puede hacer un trabajo increíble al mantener un comentario continuo de charla constante. Y puede volverte loco. Cuando su mente está tan incesantemente ocupada, inquieta y agitada, puede ser casi imposible pensar con claridad, tomar buenas decisiones y vivir una vida pacífica.
Medita de todos modos
Son momentos como estos en los que más necesitas la meditación. Pero también es en momentos como estos en los que la meditación puede parecer la cosa más desafiante del mundo. Tu mente seguirá diciéndote que estás demasiado ocupado, que no funcionará y que no tiene sentido intentarlo, no va a estar tranquilo. La tentación es hacer lo contrario. En su lugar, intentas mantenerte ocupado, distrayéndote con la esperanza de ahogar el ruido de la cabeza. Pero, en realidad, esto fracasa. La mente sigue gritando más fuerte, volviéndose cada vez más agitada para ser escuchada sobre todo el ajetreo que estás creando. Te hace imposible estar presente y disfrutar el momento. (Para ayudar, aquí hay 6 técnicas para mantenerse presente).
Entonces, ¿cuál es la respuesta? Por mucho que a tu mente no le guste escucharlo, la respuesta es meditar. Probablemente creas que no tienes tiempo para meditar y es posible que no quieras hacerlo, pero esta es precisamente la razón por la que es exactamente lo que necesitas.
Escucha a tu voz interior
La única forma real de desarrollar una mejor relación con tu mente y con esa voz interior es aceptarla, sin juzgar. El juicio, la crítica y la ira solo alimentarán su charla mental. Lo que tienes que hacer es sentarte con él y dejar que hable para salir sin enredarse en lo que dice.
Empiece despacio. Cuando la mente está particularmente agitada, solo tres a cinco minutos de estar sentado en silencio pueden marcar una gran diferencia. Con calma, vuelva a concentrarse en la respiración cada vez que note que está atrapado en los pensamientos. Requerirá práctica diaria y, con el tiempo, puede aumentar el tiempo que pasa sentado tranquilamente con la mente. Descubrirás que cuanto más tiempo te sientes con él, mejor lo entenderás. Ese entendimiento es lo que abre la puerta para encontrar la paz.
Este es un gran lugar para practicar la autoaceptación y la bondad. No se castigue por estar agitado y distraído. Con compasión, felicítese amablemente por darse cuenta y vuelva a la respiración. Diez, 20, 50, 100 veces, no importa. Solo fíjate, acéptalo y vuelve a la respiración.
Es esta práctica y esta actitud de ecuanimidad lo que te ayudará a reconectarte con tu quietud interior. Todavía está ahí. No eres tu ruido mental, eres el observador de él. La meditación mientras tu mente está más loca es en realidad un buen momento para trabajar con esta conciencia.
(Para obtener más información sobre esto, lea Cómo escuchar su voz interior).
Pasa tiempo con tu mente
En última instancia, lo que busca hacer es construir una mejor relación con su mente, con esa voz interior. ¿Cómo construyes esa relación? Pasando tiempo con eso. Cultivando el tipo de relación en la que eres consciente de tus pensamientos y del parloteo mental, pero también puedes tomar la decisión de no ser controlado por ellos. En esencia, puede comenzar a elegir los pensamientos que funcionan para usted y que sirven a su propósito más elevado, mientras reconoce en silencio aquellos que no lo hacen. Gradualmente, esa voz interior aprenderá que no la estás combatiendo y que no necesita gritar constantemente para ser escuchada. Se volverá más tranquilo, más razonado y con menos pánico, lo que hará que sea mucho más fácil para ti volver a la tranquilidad interior.
Esta no es una tarea fácil. Puede ser increíblemente difícil sentarse con la mente mientras te está volviendo loco, como sería sentarse con cualquier persona irritante. La clave es tratar de no enojarse o frustrarse con eso. Sí, tu mente resistirá ferozmente la quietud, pero permítele hacer eso. Siéntate sin luchar. Lo más importante es que no se rinda. Nadie dijo que la meditación sería fácil, pero valdrá la pena.
Mente quieta
Con el tiempo, descubrirá que la práctica de la meditación limpiará su mente. Llegarás a un lugar donde la locura sigue ahí, pero tu relación con ella ha cambiado y te afecta menos. Y con más tiempo y práctica, su distancia ayudará a calmar la voz y reducirá la locura por completo, aportando la paz y la quietud que tanto necesita.
(Siga leyendo en Cómo apagar la mente para la meditación).
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