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Definición – ¿Qué significa Kala ?
Kala es un término sánscrito con doble significado. El primer significado se traduce como «negro» o «color oscuro», y el segundo como «tiempo», «destino», «destino» o «muerte». Kala también se usa en referencia a una de las formas de Yama, el dios hindú de la muerte.
En el Yoga Sutras, Patanjali introduce un concepto denominado dirgha–kala, o «mucho tiempo». Dirgha-kala es la comprensión individual de que cuando se inicia una nueva tarea, no se perfeccionará de la noche a la mañana. Los yoguis deben tomarse su tiempo para crear una base sólida en esta nueva empresa, ya sea una nueva práctica de yoga, un nuevo trabajo, una actividad, una clase o una relación. Ningún esfuerzo nuevo se puede perfeccionar de inmediato. Este principio actúa como un recordatorio para disfrutar el viaje de aprender algo nuevo y para construir intencionalmente las bases necesarias para sobresalir en la tarea.
La Hamaca de Lona explica Kala
Kala es una manifestación de Yama, señor del inframundo y la destrucción. En Védica mitología, se pensaba que Yama era el primer mortal en morir y, por lo tanto, fue creado para guiar a todos los demás que vinieron después de él al inframundo. En el budismo, especialmente en el budismo tibetano, Kala es la personificación del tiempo. Aparece como una deidad en forma de Mahakala. Mahakala significa «gran muerte» en sánscrito y con frecuencia se la representa como una deidad protectora iracunda en las paredes del templo y en pinturas religiosas. En el hinduismo, Mahakala también puede ser otro nombre del dios Shiva.
Kala es también uno de los 36 tattvas, o principios de la realidad. En el Shivaísmo de Cachemira, hay tres clasificaciones de tattva: tattvas puros, tattvas puros-impuros y tattvas impuros. Kala—junto con el poder, el conocimiento, el espacio y la pasión, pertenece al segundo grupo de los tattvas puros-impuros, que describe el alma y las limitaciones del alma. Kala-tattva es la etapa en la que uno se da cuenta de las limitaciones del alma individual infinita. Ya que el alma no tiene tiempo, principio ni fin, uno debe ir más allá de las limitaciones del tiempo y los otros 35 tattvas para alcanzar la conciencia pura y la liberación.
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